Orígenes del rugido
Wanda y La Mujer Pantera es un dúo salvaje, visceral y eléctrico nacido en Madrid, en pleno hervidero punk de comienzos de 2015. Este proyecto de punk sucio, oscuro y directo a la yugular no busca agradar: busca remover. Su música nace de las entrañas de la ciudad y se alimenta de sus contradicciones más hirientes.
Formado por Nerea (bajo y voces) y María (batería y voces), este tándem explosivo se enmarca dentro de esa oleada de dúos que florecieron en esos años, al estilo de Niña Coyote Eta Chico Tornado, aunque desde el primer acorde marcaron su propio sendero. Nunca buscaron sonar “perfectas”, sino reales, intensas, rabiosas. Lo dejaban claro desde el principio: “Hacemos canciones cortas y viscerales que surgen de las cosas que amamos/odiamos de la vida diaria de esta asquerosa sociedad”.
Explosión en directo
Desde sus primeros conciertos, la presencia escénica de Wanda y La Mujer Pantera fue arrolladora. Un torbellino ruidoso, punk hasta el tuétano, que evocaba con su imagen en directo a bandas como Desechables, O.X. Pow o las ya mencionadas Niña Coyote Eta Chico Tornado. Su estilo era crudo, feroz y completamente cargado de actitud.
Su energía los llevó rápidamente a tocar en directo. Participaron en la cuarta edición del Rizoma Festival, celebrado en Madrid, así como en una Lady Fiesta en la sala Maravillas. También se subieron a los escenarios de lugares como la sala Juglar, el Rock Palace o el espacio autogestionado Vaciador 34. Todos estos conciertos los consolidaron como una fuerza de choque dentro de la capital, convirtiendo a Madrid en su centro de operaciones y trinchera sonora.

La grabación y el estallido
En diciembre de 2015, dieron un paso crucial en su trayectoria: grabaron sus primeras canciones en Grabaciones Corruptas. El resultado fue un álbum homónimo autoeditado, un estallido punk compuesto por 10 cortes directos, sin adornos, cargados de crítica social, rabia y autenticidad.
Las melodías eran mínimas, pero la intensidad emocional era máxima. Ningún tema superaba los dos minutos, a excepción de una de ellas, que alcanzaba los 2 minutos y 1 segundo. La primera edición fue lanzada en formato casete, acompañada por una ilustración de Conxita Herrero, y en 2016 también se publicó en formato digital. El disco incluía las siguientes canciones: “Niño Salvaje”, “Curas y Fachas”, “Infarto”, “2012”, “Alcàsser”, “Hombre Blanco”, “No Me Llames Bisexual”, “Si Me Da La Gana”, “Sumisa y Satisfecha” y “Sangre Sobre La Tierra”. Cada título era una declaración de principios: sin concesiones, sin filtros, sin miedo.
Una gira de ruido y furia
Gracias a este trabajo, el dúo logró consolidarse aún más dentro del circuito underground, ganando visibilidad y reconocimiento en espacios clave de la escena alternativa. Su propuesta, cargada de intensidad y mensaje, les abrió nuevas puertas y escenarios donde seguir desarrollando su arte y su activismo. Uno de los primeros pasos en esta expansión fue su presentación en la sala Fun House, un referente para la música en vivo en Madrid. También formaron parte de una jornada feminista en el espacio autogestionado La Quimera, reafirmando su compromiso con las luchas sociales y los movimientos transfeministas. Además, se convirtieron en habituales de la emblemática Wurlitzer Ballroom, templo del rock independiente madrileño, donde ofrecieron varias actuaciones que dejaron huella. También participaron en el Mad Grrrl Fest Madriz, un festival que celebra la cultura riot grrrl y el empoderamiento de las mujeres en la música, entre muchos otros eventos autogestionados y con vocación combativa.
Pero su recorrido no se limitó a la capital. Su música, cargada de fuerza y discurso político, trascendió fronteras urbanas y llegó a otras ciudades del Estado. En Logroño, por ejemplo, llevaron su directo al CSO Absenta, espacio de resistencia cultural y militante. Allí donde había una lucha, una causa feminista o un escenario libre para alzar la voz, ellas estaban presentes: con los amplificadores al rojo vivo, las letras cargadas de rabia y ternura, y los puños en alto, dispuestas a incendiar el espacio con su música y su mensaje.

Conexión con el colectivo Hits With Tits
En junio de 2016, el camino de Wanda y La Mujer Pantera se cruzó con el de Hits With Tits, un colectivo y sello dedicado a visibilizar a mujeres dentro del mundo musical independiente. En ese contexto, grabaron la canción “Nocturna” para el recopilatorio “Hits With Tits. Vol. 3”, editado en vinilo azul por la discográfica homónima, siendo éste su primer y último acercamiento al mundo del vinilo.
En ese Lp compartieron surcos con bandas potentes como No Hay Dolor, Árida, Las Venas, Abjects o Las Piñas, componiendo así una joya indispensable del underground femenino estatal.

El último rastro y legado
La última noticia conocida del dúo se remonta al 1 de enero de 2017, cuando su contundente tema “Hombre Blanco” fue incluido en el recopilatorio en casete rosa titulado “Madrid Radical. Grandes Éxitos 2013-2017”, una publicación impulsada por el colectivo y sello independiente Madrid Radical. Esta compilación reunía a 28 bandas esenciales que, desde las sombras, tejieron el entramado sonoro más crudo, apasionado y genuino del underground madrileño durante ese período.
El hecho de que Wanda y La Mujer Pantera formaran parte de esta selección no fue casualidad. Su música, directa y sin concesiones, encarnaba a la perfección los valores del hazlo-tú-misma (DIY), la crítica social sin filtros y un espíritu combativo profundamente arraigado en el feminismo. Entre riffs desafiantes y letras afiladas, se posicionaron como una de las propuestas más auténticas y valientes dentro de la escena punk alternativa de la capital.
Su huella, aunque silenciosa en términos de visibilidad mediática, sigue viva en la memoria colectiva de quienes vivieron esa etapa efervescente. Wanda y La Mujer Pantera no solo hicieron ruido: dejaron una marca imborrable. Su legado perdura como símbolo de resistencia, de libertad creativa y de lucha desde los márgenes, en una ciudad que, a veces, solo se deja estremecer por quienes no piden permiso para alzar la voz.
Fuente: Chicas En Banda