Por Miguel Díaz Herrero
Sin que ninguna de sus componentes hayan llegado aún a la treintena, Mourn van ya por su sexto disco, desde aquel debut de 2014. Y han decidido que éste era el momento de pasarse al castellano, aunque las guitarras indie-rock sigan presidiendo el sonido del grupo.
Destaca en su nueva propuesta, eso sí, un embalaje más pop, así como las limpias y omnipresentes voces de Carla y Jazz, en la producción del noruego Kenneth Ishak. Aparte de ser el título del octavo corte y el del propio álbum, “Letra Ligada” hace pensar que el grupo ha querido que música y letras vitalistas fueran un todo unificado.
“Dormir Tarde” abre el disco exultante, como una invitación a disfrutar de la vida, de los amigos. Y es que, sobre todo en la primera parte del álbum, tanto los textos como las melodías suenan bastante luminosos, o al menos parece que la luz trata de imponerse al desencanto. Incluso, probablemente a sabiendas del mundo que nos rodea, en “Alegre y Jovial” cantan “No puedo evitar pensar si sentirse así está mal (…) La apatía convertida en un recuerdo residual”. Al mal tiempo, buena cara, vaya. Musicalmente, viene a la cabeza el nombre de Charades, y también otra joven artista de coordenadas sonoras similares como es Yawners.
Esta felicidad es, a veces, autoimpuesta: “Lo arreglaré con una sonrisa”, cantan en “A Última Hora”. Y es que las letras a veces parecen el diario de una joven de veintitantos que trata de enfrentarse al día a día de la mejor manera posible.
El disco se pasa muy rápido (nueve canciones en sólo veinticinco minutos), con desarrollos instrumentales muy interesantes, llenos de cambios, pausas, y con guitarras y batería jugueteando una con la otra.
También, entre un reconocible riff de guitarra, “No Queda Nada” nos habla de quien decide anestesiarse para no pasarlo mal, algo normal y a veces comprensible viviendo, como vivimos, rodeados de desconexión emocional.
Algo más poética es la letra de “Espejo Latente”, mientras que “Verdura y Sentimientos” es quizá la canción que mejor representa las virtudes del disco, con una bonita melodía y también esa batería perfectamente entrelazada con las guitarras.
En definitiva, un disco lleno de detalles y capas instrumentales, y al mismo tiempo netamente pop y vitalista. Perfecto para volver a darle al play.


