BESOS Y RASGUÑOS 

Orígenes y formación 

Besos y Rasguños fue un efímero pero rompedor grupo de pop rock surgido en la isla de Lanzarote (Las Palmas) en el año 1982. A pesar de su corta vida, dejaron una huella notable tanto en el panorama musical canario como en la historia del pop rock nacional. El grupo fue formado exclusivamente por mujeres, lo que las convirtió en auténticas pioneras dentro de la escena musical española, al igual que otras bandas emergentes de la época como Vulpess, Las Chinas o Belzeba

Su mera existencia fue un acto de reivindicación y valentía. En una época aún dominada por estructuras conservadoras y un fuerte machismo en la industria musical, Besos y Rasguños apostaron por la igualdad de género, la libertad creativa y la libre orientación sexual. No solo hacían música; representaban un modelo alternativo de lo que podía ser una banda en España en los años 80, especialmente desde un lugar tan periférico como Lanzarote

BESOS Y RASGUÑOS

La banda 

La formación de Besos y Rasguños estaba compuesta por seis mujeres llenas de energía, talento y carácter: María Manrique en la voz principal, Mariola Orellana y Guely Robayna en las guitarras, Mari Carmen en el bajo, Beatriz Salazar en la batería, y Natalia Paz en los teclados. Juntas formaban una alineación potente, equilibrada y con una personalidad única. Desde el principio, lograron conectar con un público joven y ávido de propuestas nuevas, ganándose el respeto de sus coetáneos a base de entrega en el escenario y autenticidad. 

Detrás del grupo también estaba Ane, figura indispensable en su funcionamiento. Aunque no formaba parte visible del grupo, Ane era el motor que lo impulsaba: componía las letras, afinaba los instrumentos, realizaba arreglos de sonido y aportaba un soporte técnico y creativo fundamental. Su trabajo era el eje que articulaba el universo sonoro de Besos y Rasguños, convirtiéndose en una especie de séptimo miembro en la sombra, con un rol absolutamente imprescindible. 

BESOS Y RASGUÑOS

Actuaciones y repercusión 

Durante su breve trayectoria, la banda ofreció varios conciertos que dejaron huella en la escena insular. Uno de sus momentos más recordados fue su actuación en la sala El Refugio (Las Palmas), donde compartieron escenario con Papita Rala y Cómic. La energía desplegada esa noche fue tal que al día siguiente los medios locales se hicieron eco del evento, lo que marcó un hito en su trayectoria. 

Posteriormente, actuaron en espacios icónicos de la isla como el Parque Islas Canarias (en Arrecife), el Instituto de Arrecife y la Cueva Blanca, lugares donde desplegaron su estilo desenfadado y directo. También llegaron a compartir cartel con el grupo Los Cerrajeros de Playa Honda, ampliando su red de contactos dentro del panorama musical de las islas. 

Sin embargo, no todo fue fácil. Durante algunos conciertos, las integrantes del grupo tuvieron que enfrentarse a situaciones lamentables, como el acoso por parte de algunos asistentes que, cegados por los prejuicios de la época, llegaron a propasarse físicamente. Algunos individuos llegaron a agarrarse a sus pantorrillas, creyendo que el atrevimiento escénico y el vestuario de las chicas les daba algún tipo de derecho sobre sus cuerpos. Esta violencia simbólica y física reflejaba el machismo predominante de aquellos años, especialmente en un entorno como el musical, donde las mujeres apenas comenzaban a reclamar su espacio con voz propia. 

BESOS Y RASGUÑOS

El videoclip y la visibilidad 

En el mismo año de su fundación, 1982, Besos y Rasguños grabaron un videoclip que se convirtió en una pieza singular del audiovisual canario. Lo hicieron en un escenario tan insólito como evocador: el aeropuerto El Carmen de Lanzarote, encima de un avión Lockheed L-1049 Super Constellation abandonado. Allí interpretaron su tema “Vuela Hacia Asia”, en una escena que combinaba fuerza visual con espíritu punk y experimental. 

El videoclip fue producido y emitido por Televisión Española en Canarias, dentro del programa “Acetato De Futuro”, un espacio televisivo dedicado a la cultura contemporánea surgida en las islas. Poco tiempo después, este programa cambiaría su nombre a “Mermelada De Futuro”, expandiendo su alcance a todo el territorio español a través de la segunda cadena de Televisión Española, sin perder su enfoque en la cultura canaria. Esta aparición catapultó a la banda a un nivel de visibilidad que pocas formaciones isleñas lograban en aquellos tiempos. 

BESOS Y RASGUÑOS

Disolución 

El impulso inicial que había llevado a Besos y Rasguños a experimentar un breve pero intenso momento de gloria comenzó a diluirse tan rápido como había surgido. Apenas un año después de su formación, en 1983, la banda se disolvió. Las razones fueron personales y vitales: la universidad y un embarazo truncaron el desarrollo del grupo, impidiendo que se consolidaran o aceptaran las ofertas que llegaron a recibir para tocar en Sevilla o Madrid

A pesar de su corta vida, dejaron un legado que aún hoy resuena entre quienes vivieron aquella etapa y que sigue siendo redescubierto por nuevas generaciones interesadas en la historia del pop independiente hecho por mujeres. 

BESOS Y RASGUÑOS

Trayectorias posteriores 

El paso del tiempo llevó a las integrantes de Besos y Rasguños por caminos muy diversos, pero siempre marcados por la creatividad, el compromiso o la profesionalidad. Natalia Paz es en la actualidad directora del Conservatorio de Música de Lanzarote, continuando su vínculo con el mundo musical desde el ámbito académico. 

Beatriz Salazar dirige su propia empresa tecnológica, Microsistemas, mientras que Mari Carmen trabaja como gerocultora, desempeñando una labor esencial dentro del ámbito sociosanitario. Por su parte, María Manrique encontró su lugar en un organismo público, aportando su experiencia desde otro ámbito profesional. 

Mariola Orellana, en cambio, se trasladó a Madrid, donde su vida tomó un giro hacia el mundo de la gestión artística. Allí conoció a Antonio Carmona, con quien se casó, y se convirtió en una reconocida mánager de artistas de gran renombre dentro del panorama musical nacional. 

Finalmente, Guely Robayna, junto a su marido Ane (músico y compositor que nunca dejó de formar parte del tejido musical conejero), fundó Estudios Néptar, el estudio de grabación más importante de Canarias, ubicado en Lanzarote. Juntos consolidaron un espacio profesional que ha servido de plataforma a numerosos músicos del archipiélago. 

Besos y Rasguños fue mucho más que una banda fugaz: fue una afirmación de identidad, una declaración de principios y un grito colectivo por la libertad en una época en la que no era fácil ser mujer, artista y diferente. Aunque su historia fue breve, su legado sigue inspirando. 

Fuente: Chicas En Banda / NuevaOla80