El fogonazo inicial
Según cuentan desde el colectivo Core Tres: A finales de 2012, Sara Lys regresó del Ladyfest Rural de Asturias con una emoción casi indómita, de esas que no caben en el pecho. Venía hablando de unas gallegas capaces de dejar “con la boca y todos los agujeros abiertos”, una expresión tan gráfica como profética. No erró. Aquellas Transxenéricas se incrustaron en el imaginario punk de la década siguiente, justo cuando empezaban a escucharse con más fuerza bandas formadas íntegramente por mujeres como Las Bilis, las Klítorix, Las Sexpeares, Gonagón, In Ruins, Zombie Dolls o Vello Bello. Sin embargo, en aquel momento eran escasas las propuestas con un discurso feminista explícito, como Perra Vieja o Born To Hate, lo que hacía que Transxenéricas resultaran aún más singulares, casi telúricas.
Nombre, contexto y transfeminismo
Aunque sobre el escenario no hubiera ninguna integrante trans, Transxenéricas tomaron su nombre directamente de la lucha transfeminista, en un tiempo en el que el feminismo todavía no había descarrilado por estos lares. Se venía de las Jornadas Estatales de Granada de 2009, un punto de inflexión donde se apostó por una práctica inclusiva, decolonial, anticapacitista, antirracista, antiautoritaria e interseccional. La música, lejos de ser un adorno, se integraba como herramienta política, mientras el espíritu riot grrrl volvía a circular con fuerza gracias al uso masivo de las redes sociales. Era un caldo de cultivo perfecto para que algo incómodo, insurgente y vibrante germinara.
El nacimiento en un salón cualquiera
Desde Uterzine, Violeta rememoraba así los primeros pasos del grupo, en una de las pocas ocasiones en que la historia debe mantenerse intacta, palabra por palabra: “Transxenéricas nace en el salón de la casa donde vivíamos. Empezamos a tocar así, montándonos pequeñas jams en el salón. Paula era profesora de música y tenía varias bandas con las cuales se ganaba la vida. Hacíamos fiestas en casa. Eume tocaba el tamboril; ni siquiera tocaba la batería, pero había una en casa y empezó aprender a la par con el grupo; allí cada quién sacaba sus talentos… Paula nos insistía que teníamos que formar una banda y tocar por ahí, y arrastradas por su power nos animamos. Habló con una colega suya, Arid, que también estaba aprendiendo a tocar el bajo y… ¡pam! Teníamos grupo. Dejamos el salón, ya que no estaba insonorizado y empezamos a ensayar en casa de un colega de Paula, que tenía varios instrumentos y sí lo tenía maqueado”.
De aquel espacio doméstico surgió una criatura sonora irreverente, hecha de intuición, aprendizaje colectivo y una pulsión creativa casi anárquica.
Más que música: Cuerpo, provocación y política
En su propia página de Facebook, la banda se definía con una claridad afilada, sin rodeos ni concesiones: “No solo somos un grupo de música. Para nosotras, este grupo busca reapropiarse del término “mujer” como sujeto político utilizando performances punk y porno como herramienta para transgredir el sexo heteronormativo y recuperar el rol activo de nuestro cuerpo, recuperar nuestra autonomía. La provocación es nuestra mejor arma. No buscamos discursos explícitos, buscamos conmover conciencias, asustarnos con nuestros propios pensamientos, sacar a relucir lo más macabro de la violencia que nos atraviesa, darle la vuelta, canalizarla con una dosis de perversión. Estamos hartas de los roles impuestos, la sexualidad prefabricada, los códigos heteronormativos que perpetúan las relaciones jerárquicas”.
No era postureo: era una declaración de intenciones que se materializaba en cada performance, en cada gesto, en cada mirada desafiante al público.
2016: El año del vértigo
El año 2016 marcó el punto álgido de Transxenéricas. Además de lanzar su vídeo post-porno, recorrieron escenarios durante todo el mes de abril, pasando por LLodio (Álava), Vitoria, Lleida, Zaragoza, Barcelona y otros territorios cómplices. El broche final llegó en mayo, en el Transfemifest de Granada, un evento irrepetible concebido desde el antiespecismo, la horizontalidad y la autogestión. Fue un espacio accesible y libre de cualquier forma de violencia relacionada con género, sexualidad, origen, clase, nacionalidad, diversidad funcional, corporal o proceso migratorio. Allí convivieron actuaciones de Eva Sierra, Tam Tam y La Mare, Sirenitas Barracudas y la Chirigota Cadiwoman, entre otros delirios colectivos que durante un fin de semana entero combatieron la normatividad desde lo erótico-crítico, la subversión y un amor radical por la libertad.
Canciones, maquetas y mensajes incómodos
La música del videoclip “Dispostas A Pervertirvos” no coincidía con lo que solían tocar en directo. Esos temas fueron registrados en una maqueta grabada y distribuida manualmente también en 2016. Las letras abordaban sin tapujos la diversidad, la sexualidad y el empoderamiento de las mujeres: contra la monogamia, a favor de las libertades individuales y en frontal oposición a la represión católica. Incluían una versión de “Iros Todos Al Cielo” de De Espaldas Al Patriarcado, y atacaban sin anestesia al machismo, la tiranía estética, la gordofobia y los convencionalismos sociales castrantes. En ese compendio sonoro convivían títulos como “Matar A Monogamia”, “Consumido Sexo”, “Quero Ser Unha Barbie”, la versión de Putilatex “Virgen”, “Gordas”, “Quero Ser Eu Mesma”, “Somos” y “Aparta Baboso”.
Últimos escenarios y mutaciones
El 4 de marzo de 2016, Transxenéricas actuaron en el mítico Mad Grrrl Fest, celebrado en el CSOA La Gatonera, dejando al público marcado por su desparpajo y
su energía desbordante, tocando ese día junto a Heksa. Fue una de las últimas oportunidades para ver a la formación en acción. En 2017, la mitad del grupo se trasladó a Catalunya, y a principios de 2018 nacerían nuevos proyectos junto a otras mujeres: Pírate Folk You, un folk-punk callejero y acústico, y Gasolina, una rumbita kanalla feminista. A finales de ese mismo año, la guitarrista Morti se asentó en Andalucía con su proyecto “tranxureño” Morti Jaleo, prolongando el eco de aquella experiencia inicial.
Rescate
En 2021, Uterzine recuperó el tema “Matar A Monogamia” para incluirlo en el Lp “No Más Punkis Muertas”, un vinilo editado en dos versiones: vinilos negro y naranja. En ese trabajo colectivo, Transxenéricas compartían surco con formaciones como Raw Paw, Arañazo, Punto G, Desenterradas o las burgalesas Koñote Vil, entre otras bandas. Una constelación de voces que confirmaba que aquello no fue una anécdota, sino un estallido necesario, incómodo y todavía reverberante.
Fuente: Chicas En Banda / Core Tres / Uterzine
