Viuda – “Provinciana” (Humo Internacional, 2024)

Por Vicente Ribas

Tras su primer Ep homónimo, Viuda regresan con “Provinciana” (Humo Internacional, 2024), un primer álbum de larga duración compuesto por nueve cortes donde se entrelazan tradiciones populares y críticas sociales mordaces, siempre con la mirada puesta en su Asturias natal. MartaEvaElisa y Sara, las cuatro integrantes de la banda, demuestran con este trabajo que su propuesta artística va mucho más allá de la etiqueta fácil, ofreciendo una lectura compleja y matizada de sus propias raíces culturales y musicales.

En este trabajo, las asturianas se alejan ligeramente de la copla-punk que marcaba su debut para adentrarse de lleno en un territorio más centrado en el folklore, aunque sin renunciar a esos rastros evidentes de punk oscuro, ochentero y seminal que las conecta con una genealogía sonora muy precisa. Esa conexión, lejos de resultar forzada, fluye de manera orgánica, en un juego de tensiones que recorre todo el disco. Es precisamente esa dualidad, ese diálogo entre lo rural y lo oscuro, lo que convierte a “Provinciana” en una joya perfectamente elaborada, donde cada pieza parece estar medida y compasada con mimo y una conciencia estilística admirable. La manera en que Viuda logran equilibrar ambos mundos es uno de los grandes aciertos de este álbum: una apuesta arriesgada que, en manos menos hábiles, podría haber caído en el artificio, pero que aquí se muestra natural, poderosa y absolutamente genuina.

El disco abre con “Intro II (Parque De Carbones)”, un arranque idílico que no tarda en anunciar que lo que viene después va a ser especial. Este tema introductorio, adaptación de “Al Pasar El Puertu”, una pieza tradicional interpretada en los años 20 por La Busdonga, establece un marco de referencias sonoras en el que las atmósferas sombrías evocan inevitablemente a los primeros The Cure o incluso a Bauhaus, pero siempre filtradas a través de un tamiz inequívocamente rural y español, anclado en la España más cañí y profunda. Desde el primer minuto, Viuda dejan claro que su visión no pasa por replicar fórmulas ni estéticas extranjeras, sino por resignificarlas desde un lugar propio y tremendamente singular.

Sin embargo, esa voluntad de reflexión que atraviesa las letras y la temática de “Provinciana” no se queda ahí: también se manifiesta en la actitud sonora de Viuda, en su manera de abrazar un sonido crudo, áspero, que bebe de aquel punk siniestro de hace ya varias décadas. Un punk que, pese a haber podido envejecer de manera desigual en otros contextos, aquí es revitalizado con una inteligencia y una frescura admirables. No hay más que escuchar piezas como “Cigarreres”, que incluye la voz de Fredesvinda SánchezLa Tarabica, pescadora mítica de Cimadevilla, o “Un Pastor”, donde el aporreo aparentemente sencillo de las bases rítmicas conduce al oyente por distintos grados de intensidad emocional. Ambos temas, cada uno a su manera, son ejemplos de cómo Viuda incorporan memorias populares y voces anónimas en su relato sonoro, reivindicando a través de ellas una Asturiasolvidada, resistente y tremendamente viva.

Desde la violencia contenida y vertiginosa de “Mala” hasta el salvajismo amortiguado de “Aceralia”(con sus castañuelas y pasodobles incluidos), pasando por el punk más ortodoxo y directo de “Quincallera”, donde se imagina un Gijón destruido por un accidente industrial, el álbum despliega un abanico de matices que demuestra que Viuda no se conforman con recrear un estilo: lo entienden, lo actualizan y lo hacen suyo. El escenario planteado en “Quincallera” (las bombonas de la campa han estallado y han arrasado la ciudad) funciona casi como un manifiesto artístico. Es un escenario utópico para Viuda porque, en este caso, se vislumbra un nuevo futuro sin los humos del pasado, una tabula rasa sobre la que reconstruir otros relatos y otros sonidos.

Pero más allá de la singularidad de cada tema, lo que realmente sostiene “Provinciana” es una línea argumental subterránea, una pulsión sentimental que habla directamente a quienes sean capaces de escuchar el disco con una perspectiva histórica, conscientes de que aquí se asume la continuidad de un sonido peculiar, de una tradición marginal que se resiste a morir. Cada canción suma en la construcción de un universo sonoro cohesionado, en el que la rabia, la melancolía, la resistencia y la belleza se entrelazan de manera natural. “Provinciana”, el corte homónimo, podría funcionar como resumen sonoro de todas estas intenciones, pero reducir el álbum a un solo tema sería hacerle un flaco favor: esta es una obra que exige ser degustada en su totalidad, un viaje que se mueve entre el eco del pasado y la vitalidad innegociable del presente.

Con “Provinciana”Viuda logran lo que pocos grupos consiguen: ser profundamente locales y universalmente relevantes al mismo tiempo, tejiendo con hilos de tradición, oscuridad y reivindicación un disco perfilado como uno de los más interesantes de 2024. No solo consolidan su lugar dentro del panorama musical actual, sino que abren un camino propio, difícil de etiquetar, pero imposible de ignorar.