El último disco de Lisasinson se titulaba “Un Año De Cambios”, y el nombre no podía haber sido más premonitorio. Desde entonces, la transformación no ha hecho más que avanzar. La trayectoria sonora del grupo continúa reflejando, con una claridad creciente, esa búsqueda permanente de evolución que impulsa a Míriam Ferrero, quien sigue moldeando el proyecto hacia un territorio más maduro y brillante. Cada nueva composición parece afinar una sensibilidad distinta: más cuidada, más emocionante, más especial. En el universo de Lisasinson, cambiar es una regla no escrita… y siempre para bien.
Esa filosofía queda cristalizada en “Lanzarote”, su nuevo single, una pieza que funciona como una declaración de intenciones. Se trata de un medio tiempo donde el fraseo tan propio de Lisasinson se reviste de una delicadeza inesperada: esta vez no grita, susurra, como si cada palabra buscara hacerse hueco con suavidad pero sin perder fuerza. El tema despliega arreglos llenos de sutileza, sorprendentes en su sencillez y precisión, que construyen un ambiente melancólico y envolvente. Y, aun así, permanecen intactos los rasgos que han hecho inconfundible al grupo: la intensidad que estalla en cada verso, los estribillos infalibles y esas frases que uno quiere repetir sin parar, casi como un mantra.
Sabemos (y ella también lo sabe) que las guitarras furiosas volverán, que los directos recuperarán ese estallido que invita a bailar y saltar sin pensar demasiado. Pero canciones como “Lanzarote” demuestran que explorar otros caminos puede abrir puertas a territorios nuevos, inesperados, donde todo parece distinto… y quizá mejor. O, al menos, diferente, que en las manos de Míriam siempre es sinónimo de algo bueno.
Y para celebrar este lanzamiento, el tema llega acompañado de un videoclip dirigido por Polígono, una pieza que amplía el imaginario visual de esta nueva etapa y pone imágenes a la sensibilidad renovada de Lisasinson.
